László Moholy-Nagy, Cuadro telefónico. 1922, esmalte y acero, 47,5 x 30,1 MOMA, Nueva York.Creatividad industrial sin pincel: si hemos de creer la leyenda, Moholy encargó estos cuadros a una fábrica de esmaltes haciendoles llegar por teléfono las coordenadas de un dibujo que habia