La Biblioteca Nacional de Francia fue uno de los últimos proyectos promovidos por el presidente francés François Mitterand. Se trata de un edificio de colosales dimensiones con 300.000 m2 dedicados a la palabra escrita que ocupa nada menos que un solar de 7 hectáreas entro los puentes de Bercy y Tolbiac. Este proyecto de Dominique Perrault supuso una profunda reordenación del barrio de Bercy potenciado la arquitectura como eje regulador del desarrollo de la ciudad hacia el este. Por ello el nuevo edificio debía tener un carácter profundamente urbano, abierto a la ciudad, ya que con el Ministerio de Finanzas iba a ser el estandarte de la recuperación de esta zona degradada de la ciudad dando, además, continuidad a la monumentalidad del río Sena.
En 1989 se anuncia el Ganador del concurso, Dominique Perrault. El joven arquitecto francés ocupa la parcela con una gran plataforma rectangular de 340x170 metros y en las cuatro esquinas sitúa sendas torres de 76 metros de altura en forma de L, lo justo para no ensombrecer a la monumentalidad de una ciudad que vivió épocas de convulsión urbana por la excesiva altura de la Tour Montparnasse. Junto a estas se sitúa una plaza elevada. El resto del edifico queda enterrado bajo la plataforma, alrededor de un patio rectangular escavado en su parte central.
Desde ningún punto de vista es posible ver una torre sola ya que se quiere mostrar la idea de un mundo completo, definido entre la cuatro torres, la plataforma y el jardín enterrado. El espacio urbano se introduce sutilmente en la plaza y a la vez ésta se organiza alrededor del espacio vacío. El mismo centro de la explana resulta ser innaccesible al estar ocupado por un jardín. De esta manera la plaza, que es un espacio de reunión abierto a la ciudad, será también el corazón del edificio.
El el proyecto de la Biblioteca Nacional de Francia maneja un amplio repertorio de elementos clásicos reducidos al mínimo que son combinados a través de simples trazas. Perrault realiza un manejo preciso de todos los elementos y escalas del proyecto.
El acceso a las salas de lectura se realiza a través de la base de las torres. Ya dentro de las salas unos volúmenes cerrados se entrecruzan a distintas alturas definiendo el espacio como una sucesión de espacios llenos y vacíos. El proyecto realmente alberga dos bibliotecas separadas, por un lado una biblioteca para un público general y por otro una destinada a los investigadores. Perrault resuelve esta dificultad gracias a un proceso de simplificación, organizando con un mínimo de elementos todos los espacios alrededor del patio mediante el desarrollo de anillos sucesivos. Esta sencilla disposición permite clarificar al usuario la gran variedad de espacios existentes.
El jardín situado a 21 metros de profundidad es uno de los elementos clave del proyecto. Tiene 58 metros de ancho por 187 metros de largo , dotado inicialmente de 150 pinos silvestres que provenían del bosque de Borden Normandía. La torres transparentes fueron concebidas como silos de libros visibles prácticamente desde cualquier punto de la ciudad.
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