El Barrio Moderno "Frugès" (Pessac, 1924, Le Corbusier)
Le Corbusier buscaba fabricante para sus casas en serie, finalmente el interesado en llevar sus casas a la realidad fue un productor de azúcar de Burdeos, Henry Frugès, quien en 1923 encargó a Le Corbusier un pequeño grupo de casas para sus trabajadores. La unidad básica, era una versión simplificada de la casa Citrohan, y a pesar de las numerosas dificultades que supuso la construcción con hormigón pulverizado y de la mofa que le valío el sobrenombre al conjunto de los "cubos de Frugès".
La organización se basaba en los principios de la ciudad jardín, incluida una impresionante puerta de entrada marcada por un bloque de apartamentos de seis pisos, pero en otros aspectos era radical. En un sector el espacio abierto formaba un todo continuo en el que las distinciones tradicionales entre la fachada, la parte posterior y los lados, lo público y lo privado, se eliminaban a favor de una continuidad compartida. En otro la calle era deliberadamente asimétrica, con las estrechas unidades llamada rascacielos, que enmarcaban los espacios abiertos a intervalos a lo largo de la misma, al otro lado de la cual había una terraza más convencional de dos pisos. Se desarrollaron en total cuatro viviendas estándar, y todas ellas evolucionaban de un espacio central de 5 metros de ancho y distribuidas a lo largo de un escalera de un sólo tramo transversal. El "rascacielos era el buque insignia, una pareja de casas independientes, encaradas por su parte posterior, y en formato vertical en lugar de horizontal, que culminaba en un jardín en la terraza al que se tenía acceso a través de una escalera exterior con un pasamanos tipo barco.
La obra se terminó en 1926, siendo visitada por el ministro de obras públicas. Cuando se habitó rápidamente se demostró el poco calado de la arquitectura moderna, empezaron a aparece tejados a dos aguas, paredes de piedra, persianas en las ventanas, una colección de detalles para hacer de estas "maquinas de vivir" casas más tradicionales.
Pintar las casas con colores fue una iniciativa de su promotor, en la restauración realizada en los años 80 se han mantenido
Sin embargo parece ser que el desplante social que sufrieron las casas responde a otras cuestiones más complejas que su diseño moderno. Fueron restauradas en los años ochentas del siglo XX, algunas recuperaron la policromía que Frugès le aplico para evitar la monotonía que suponía el grisáceo hormigón.
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